Por: Carlos Rosales

Mucho se cuestiona en la actualidad, entre la población que sufre de una amnesia que parece incurable, que es muy fácil criticar y criticar, y sobre todo ser anti-fujimorista. Y están en lo cierto. Es muy fácil.  

Es fácil ser anti-fujimorista, teniendo en cuenta que el patriarca del legado de congresistas que tenemos en la actualidad es Alberto Fujimori.

Es fácil ser anti-fujimorista conociendo que en 1990 Alberto Fujimori traicionó su plan electoral inicial con el que convenció a muchos peruanos que voten por él.

Es fácil ser anti-fujimorista sabiendo que Alberto Fujimori, a poco más de un año de iniciado su gobierno (1992 para ser exactos), un 5 de abril rompió la democracia y se convirtió en un dictador cerrando el Congreso y tomando otras instituciones del Estado.

Es fácil ser anti-fujimorista teniendo en cuenta que Vladimiro Montesinos despertó el lado más oscuro de Fujimori, y ambos hicieron de la corrupción un estilo cotidiano de gobernar, lo cual no tiene cuando acabar.

Es fácil ser anti-fujimorista contando con que durante el régimen de Alberto Fujimori se asesinó a mucha gente inocente bajo la mascarilla de la lucha contra el terrorismo.

Es fácil ser anti-fujimorista optando por la idea que no le bastó ser reelegido dos veces de forma antidemocrática, Alberto Fujimori fugó del país, renunció por fax y engendró en su hija el deseo del poder.

Es fácil ser anti-fujimorista comprendiendo que la malicia no acabó con Alberto Fujimori y Montesinos, sino continúo con Keiko Fujimori, quien con el partido Fuerza 2011 revivió a congresistas como Luz Salgado que fue asidua visitante de la salita del SIN.

Es fácil ser anti-fujimorista intuyendo que Fuerza 2011 tuvo como uno de sus principales aportantes al cobrador de combi Joaquín Ramírez, investigado por lavado de activos y narcotráfico. Agregándole a otro secretario del partido como José Chlimper, denunciado por manipular audios para inculpar a colaborador de la DEA que lo involucró en un delito de lavado de activos. 

Es fácil ser anti-fujimorista conociendo que años más tarde nos enteramos que la empresa corrupta Odebrecht entregó 1 millón 200 mil dólares para financiar la campaña de Fuerza 2011 con Keiko a la cabeza, según confesión de Jorge Barata. ¿Algo que ver con los cócteles de 500$? ¿o quizá los aportantes fantasma?

Es fácil ser anti-fujimorista descrifando el plan de Fuerza Popular desde el 2016 para acabar con la gestión de Pedro Pablo Kuczynski que terminó siendo de la misma calaña.

Es fácil ser anti-fujimorista comprendiendo que aparte de Keiko, existe su hermano Kenji Fujimori, quien aprendió todos los mecanismos asquerosos de Vladimiro Montesinos para comprar congresistas y canjear votos por el indulto a su padre.

Es fácil ser anti-fujimorista percibiendo que quien acabó con Kenji Fujimori, fue otro de su misma calaña como Moisés Mamani, quien al estilo del tío 'Vladi', llegó a su oficina con la intención de grabarlos con una cámara escondida.

Es fácil ser anti-fujimorista sabiendo que en Fuerza Popular existen congresistas vinculados con el narcotráfico como Edwin Vergara, que fue socio de un narco colombiano. Otro que llega borracho al Congreso como Rolando Reátegui. O quizá algunos como Carlos Tubino y Nelly Cuadros que aprobaron ley para no agravar penas contra violadores de menores. Contando también por supuesto a Rosa Bartra que le gusta presionar a fiscales en allanamientos. 

Es fácil ser anti-fujimorista teniendo en cuenta que hay congresistas en Fuerza Popular como Moisés Mamani, Betty Ananculí y Yesenia Ponce, los cuales sus estudios son lo más precario de su falsa hoja de vida. El primero no se acuerda donde acabó el colegio, la segunda falsificó su certificado de estudios técnicos y la tercera inventó en su certificado a profesores y compañeros de clase.

Es fácil ser anti-fujimorista contando con que Fuerza Popular engendró hijos no deseados que ahora los llaman 'Avengers' o 'Sinverguenres', creo. De los cuales Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel negociaban votos a cambio de obras y almuerzos con PPK, Lizbeth Robles le recortaba los sueldos a sus asesores y a Maritza García le quitaron el título de abogada. Vaya "joyitas"...

Es fácil ser anti-fujimorista percibiendo que Fuerza Popular utiliza su mayoría en el Congreso para blindar todo lo antes descrito, además de aprobar y desaprobar leyes a su conveniencia.

Por eso y muchas cosas más, de las cuáles quizá me he olvidado adjuntar en este bonito artículo, es fácil ser anti-fujimorista.